La dorsalgia es aquel dolor de espalda que sentimos entre la zona lumbar y cervical. El mal puede darse en un lado de la espalda o en ambos. Normalmente está causada por malas posturas y afecta a más de la mitad de la población adulta. Si quieres saber más sobre ello, sigue leyendo. En este post profundizaremos más sobre esta patología. Además, si quieres aprender las técnicas masajísticas necesarias para mejorar la salud y bienestar de las personas, echa un vistazo al Máster en Quiromasaje.
Índice de contenidos
¿Cuáles son las causas de la dorsalgia?
En primer lugar, debes saber que existen dos tipos de dorsalgia: la rígida y la flexible. La primera suelen padecerla las personas mayores con artrosis, mientras que la segunda la sufren aquellas con espaldas con poca curvatura o con insuficiencia de ligamento-musculares.
También se puede distinguir entre la dorsalgia mecánica, cuando los dolores son más intensos de día y, por tanto, afectan a la rutina. O la dorsalgia inflamatoria, cuando los dolores pasan a ser más intensos por la noche.
¿Pero cuál es la causa para desarrollar este dolor de espalda alta? Los especialistas indican que no existe una sola, sino que puede ser por varias razones:
- Deformidades o problemas congénitos, como la escoliosis.
- Malas posturas durante mucho tiempo.
- Estrés continuo y somatización emocional (dolor emocional que causa dolor físico).
- Enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide.
- Fracturas espontáneas (osteoporosis).
- Esfuerzos violentos, caídas o golpes directos.
- Factores fisiológicos, como la descalcificación.
- Hernias discales o procesos degenerativos.
- Sobrepeso.
- Sedentarismo.
- Exposición al frío.
Síntomas del dolor de espalda alta
El principal síntoma de la dorsalgia es el dolor agudo en la parte alta de la espalda, concretamente entre los omoplatos. El malestar puede darse por la mañana, al terminar el día e incluso estando en reposo. Normalmente, el paciente suele sentir alivio cuando se le presiona la zona con fuerza.
Un dolor persistente en esta zona puede provocar dorsalgia crónica, por lo que si padeces malestar continuo, no dudes en consultarlo con tu especialista.
Tratamientos para la dorsalgia
La fisioterapia es la gran aliada para tratar esta patología. Se comienza con actividades para mejorar y corregir la postura. De esta manera, se trata la dorsalgia y se evita que se convierta en crónica.
Así pues, entre los tratamientos más comunes que se aplican para tratar la dorsalgia son:
- Masajes descontracturantes. Se realizan maniobras relajantes desde el cuello y los hombros hasta las lumbares, insistiendo en los puntos de dolor. Se aplican presiones y fricciones más profundas, acompañadas de movilizaciones pasivas o vibraciones combinadas con la respiración.
- Estiramientos de las cadenas musculares cruzadas.
- Terapias con calor. Se utilizan infrarrojos o lodos marinos como complemento para aliviar el dolor. Puede aplicarse localmente (en la parte donde se concreta más el dolor) o general (cuando el dolor se irradia).
- Osteopatía y técnicas manuales.
- Punción seca. Sirve para localizar y tratar los puntos gatillo.
- Laserterapia. Se utiliza en los casos más graves.
- Talasoterapia. Se hace uso del agua del mar como elemento terapéutico y a través de ejercicios, como el aquagym o la terapia acuática asistida.