Las constantes vitales nos dan información sobre nuestro estado de salud. Estas son la tensión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la saturación de oxígeno y la temperatura corporal. Estas constantes nos indicarán, dentro de unos parámetros marcados, si existe equilibrio en el organismo. En caso contrario, actúan como una alarma para la posterior detección de algún problema de salud. Si quieres enfocar tu carrera profesional hacia el ámbito de la salud, estudia un Curso Auxiliar de Enfermería.
Sigue leyendo porque te contamos con detalle cuáles son las constantes vitales y cómo medirlas. ¡Síguenos!
Índice de contenidos
¿Cuáles son las constantes vitales?
Monitorizar los signos vitales no son solo una herramienta clave para detectar precozmente alguna anomalía, sino para prevenir problemas de salud. Por ello, te explicamos cada una de ellas en detalle. Ante cualquier síntoma fuera de lo normal, no dudes en consultar con tu médico de cabecera.
Tensión arterial
La tensión arterial es una de las constantes vitales más importantes, ya que hace referencia a la presión sanguínea. Se recomienda tomarla en distintos momentos del día para confirmar que los valores son correctos. Se mide en milímetros de mercurio (mm de Hg) y se tienen en cuenta dos valores:
- Tensión arterial sistólica. Es el valor arterial más alto y refleja la presión que hace la sangre sobre las paredes de las arterias cuando el corazón se contrae. La tensión máxima considerada dentro de la normalidad será entre los 110 y 140 mm de Hg.
- Tensión arterial diastólica. Es el valor más bajo y mide la presión que hace la sangre sobre la pared de las arterias cuando el corazón de relaja. Una tensión mínima considerada normal se sitúa entre los 70 y 90 mm de Hg.
Nuestros hábitos de vida pueden afectar a nuestra tensión. Por ello, muchas personas son hipertensas. Esto significa que la tensión arterial máxima que supera los 140 mm de Hg y una tensión mínima que supera los 90 mm de Hg.
Frecuencia cardíaca
Hace referencia al número de pulsaciones que se producen por minuto. Puede cambiar a lo largo del día o ante una situación determinada. La frecuencia cardíaca normal oscila entre los 60 y 100 latidos por minuto. Hablamos de taquicardia cuando las pulsaciones son superiores a 100 por minuto y bradicardia cuando tenemos menos de 60 pulsaciones por minuto
Frecuencia respiratoria
Con ella cuantificamos el número de respiraciones que hacemos en un minuto. Lo normal es realizar entre 12 y 20 respiraciones por minuto en adultos. Cuando el número es mayor, y por tanto tenemos una falta de oxígeno, padecemos taquipnea. En caso inferior, padecemos bradipnea.
Temperatura corporal
Esta constante vital es la que más conocemos. Se puede tomar desde distintas partes del cuerpo, pero normalmente la tomamos desde la axila. Se considera una temperatura normal la que está comprendida entre 35’8 y 37ºC. La subida de la temperatura corporal es el primer síntoma de infección o inflamación en alguna parte de nuestro cuerpo. Según la temperatura de nuestro cuerpo, sucederá lo siguiente:
- Hipotermia. El valor es inferior a 35’8ºC.
- Febrícula. Cuando la temperatura corporal está levemente elevada, en unos 37’5ºC.
- Fiebre. Cuando estamos a más de 38ºC.
Saturación de oxígeno
Esta refleja la cantidad de oxígeno que tenemos en sangre. Lo normal es tener los parámetros entre el 95% y 100%. Un valor de saturación inferior al 90% se llama hipoxemia, manifestándose con dificultad para respirar.
¿Cómo tomar los signos vitales?
La enfermera o enfermero es el encargado de medir, interpretar, detectar y evaluar los signos vitales de un paciente. La medición de estos varía en cada persona y en función del momento del día. Pero, ¿sabes realmente cómo miden nuestras contantes vitales los profesionales sanitarios? A continuación te lo explicamos.
La frecuencia cardíaca puede medirse a través de:
- Pulso periférico. Se palpa la arteria con los dedos índice y corazón. Las zonas corporales más frecuentes para tomar el pulso son las muñecas, en el lateral del cuello, en la parte alta del dorso del pie o en el hueco que forman las rodillas al flexionarse.
- Pulso apical. Se utiliza un fonendoscopio.
- Pulso por monitorización. Se enciende el monitor y se colocan los electrodos en puntos concretos del torso del paciente.
- Pulso por pulsioxímetro. Se coloca el pulsioxímetro en el dedo índice del paciente. La luz roja que irradia debe coincidir con la uña del dedo.
La frecuencia respiratoria se puede medir a través de tres métodos: observación, palpación o a través de un fonendoscopio.
La tensión arterial se puede medir manualmente o a través de un monitor. En el primer caso se utiliza un esfingomanómetro, el manguito que se ajusta en el brazo y por encima de la arteria, y un fonendoscopio. Las zonas más comunes para medir este signo vital es el brazo, el tobillo, la muñeca o el muslo.
Finalmente, la temperatura corporal se mide con un termómetro y puede colocarse en distintas zonas del cuerpo. Los termómetros más comunes son los de mercurio, digital, axilar, bucal, rectal de infrarrojos o electrónico.