El holter es un pequeño dispositivo electrónico y portátil que registra y almacena la actividad eléctrica del corazón. A diferencia del electrocardiograma, este aparato registra el funcionamiento del corazón entre uno y dos días, mientras que el primero se realiza de forma rutinaria en un momento concreto. Así pues, a través de la información que facilite el holter, el personal sanitario podrá determinar si tenemos algún problema con el ritmo de los latidos de nuestro corazón. Si estás interesado en el bienestar de las personas, no dudes en estudiar un Curso Auxiliar de Enfermería. A continuación te explicamos cómo y porqué se coloca el holter en algunos pacientes.
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La utilidad del holter
La colocación y uso del holter es muy sencillo. Al paciente se le colocan varios electrodos en el tórax, que van conectados al monitor. Este tiene el tamaño de un móvil, puede funcionar con baterías o pilas y tiene una banda de sujeción que puede llevarse en el hombro o alrededor de la cintura.
Después de registrar la actividad cardíaca por uno o dos días, el paciente debe pedir cita a su médico. Este conectará el holter al ordenador y obtendrá la información sobre la frecuencia cardiaca y las posibles alteraciones en los latidos del corazón. Previamente, el paciente debe anotar en una libreta el tipo de rutina que ha seguido en ambos días, para ver si los resultados del monitor coinciden con el tipo de actividades realizadas.
Motivos para colocarlo
El holter electrocardiográfico es una prueba que no supone ningún riesgo para las personas que la realizan. Es completamente inocuo. Además, es muy útil para confirmar o desmentir sospechas de alguna posible enfermedad o complicación cardíaca. A continuación te explicamos en qué situaciones se acostumbra a colocar un holter:
- Desmayos repetidos. Un desmayo aislado no supone ninguna preocupación. Ahora bien, cuando se repiten puede ser por motivos del corazón. Con el holter se pueden averiguar qué tipo de alteración cardíaca está sucediendo.
- Palpitaciones. Cuando el corazón nos late más deprisa de lo normal puede se ser un signo de arritmias. El holter puede identificar estas alteraciones a lo largo de un día.
- Tras un infarto. Según el tipo y gravedad del infarto, con el holter se pueden detectar precozmente alteraciones eléctricas del corazón que puedan ser muy graves.
- Arritmias. El monitor puede ayudar a descubrir las causas que las provocan, su duración y tipos.
- Miocardiopatías. Estas son enfermedades que afectan al músculo del corazón. Pueden estar causadas por arritmias, por lo que el holter electrocardiográfico puede identificarlas.
- Tratamiento con fármacos. Para comprobar los efectos que tienen los medicamentos cardiológicos, el holter es muy útil para saber el ritmo cardíaco a lo largo del día.
Tipos de pruebas cardiológicas
Cuando vamos al ambulatorio, de vez en cuando nos piden realizar alguna prueba relacionada con el corazón. Nos referimos al electrocardiograma y el ecocardiograma. A continuación te explicamos en qué consiste cada prueba.
Electrocardiograma
Esta prueba es rápida y consiste en colocar autoadhesivos en distintos puntos del pecho, brazos y piernas. Se mide la actividad de nuestro corazón y es muy útil para detectar anomalías en el ritmo cardíaco y del agrandamiento de las cámaras cardíacas.
Ecocardiograma
Similar a las ecografías que se realizan durante el embarazo, esta prueba es una película que se obtiene mediante ultrasonido del interior del corazón. Es decir, se obtienen imágenes colocando una sonda de ultrasonido en el pecho, el vientre y el cuello para ver el corazón desde distintos ángulos. Esta prueba se realiza para detectar defectos cardíacos hereditarios o problemas en el funcionamiento del músculo cardíaco.