Las infecciones vaginales provocan cambios en el flujo, quemazón, dolor al orinar e incluso molestias cuando se mantienen relaciones sexuales. Además de una correcta higiene de las zonas íntimas, es muy importante tomar probióticos vaginales. Estos son unos microorganismos vivos que ayudan a restablecer la flora vaginal. Suelen administrarse por vía oral, en forma de cápsulas, o por vía vaginal, a través de óvulos. Si quieres saber más, quédate con nosotros. En este post te explicamos en qué consisten estos productos y cuándo se recomienda utilizarlos. Si quieres especializarte en salud femenina te invitamos a que eches un vistazo a la oferta formativa en salud femenina. ¡Síguenos!
Índice de contenidos
¿Cómo actúan los probióticos vaginales?
Como hemos mencionado anteriormente, los probióticos son microorganismos vivos, como las bacterias, que no son perjudiciales para nuestro cuerpo. Suministrados en dosis adecuadas, previamente recetado por un especialista en ginecología, ayudan a conservar la flora vaginal evitando y disminuyendo las infecciones.
Las afecciones más comunes que alteran la flora vaginal están causadas por hongos, que sustituyen a los lactobacilos. En estos casos, los lactobacilos que suministran los probióticos se adhieren a la mucosa vaginal. Estos disminuyen el PH de la vagina, evitando la proliferación de más gérmenes. Por tanto, los probióticos vaginales son muy útiles cuando hay una infección en las zonas íntimas, pero también se pueden utilizar como una herramienta preventiva.
¿Cuándo usar probióticos vaginales?
Debe quedar muy claro que los probióticos se utilizan como complemento de un tratamiento principal. Además, como hemos comentado, pueden aplicarse por vía vaginal u oral, teniendo ambos la misma efectividad. Para potenciar los resultados, se acostumbran a utilizar después del tratamiento principal, en un plazo de 5 a 10 días. Ante cualquier duda, te recomendamos que lo consultes con tu ginecólogo.
Hábitos que provocan infecciones vaginales
La microbiota vaginal es algo que cambia y puede alterarse por muchos factores. Algunos de ellos son:
- Cambios hormonales. La diabetes y otras alteraciones del sistema inmunitario influyen en los desajustes hormonales.
- Uso de productos de higiene íntima. Los jabones perfumados reducen las bacterias beneficiosas y fomentan las infecciones. Lo mejor es utilizar un jabón neutro.
- Falta de higiene después de tener relaciones sexuales. Los fluidos y la humedad aumentan las infecciones. Por ello, el uso del preservativo es muy importante para evitar alteraciones en la microbiota, además de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
- Abuso de antibióticos. Después de estar tomando antibióticos durante una temporada es normal desarrollar una infección vaginal. Con las defensas bajas, este tipo de medicamentos favorecen la aparición de gérmenes patógenos.
- Uso de ropa interior de tejidos sintéticos. Los especialistas en ginecología recomiendan el uso de ropa interior de algodón u otros materiales de fibras naturales.
- Falta de estrógenos.
- Sequedad vaginal.
- Humedad provocada por el uso de bañadores.
- Cambios en la alimentación.
Ante cualquier síntoma de infección vaginal, no dudes en acudir a tu especialista. Con un correcto diagnóstico y cultivo, te recetarán el mejor tratamiento para tu caso.