Desde Semana Santa hemos podido disfrutar del buen tiempo y de muchas actividades al aire libre (que ha permitido la pandemia). Y es que el buen estado de ánimo y la sensación de felicidad nos vienen por la mayor presencia de luz solar. Tomar el sol es esencial para fabricar serotonina, un neurotransmisor que provoca sensación de bienestar. Pero también supone un riesgo para nuestra salud. Así que, si quieres saber los pros y contras que tiene tomar el sol, sigue leyendo. Además, te daremos algunos consejos para que seas responsable a la hora de exponerte al sol. Y recuerda que también contamos con un amplio catálogo formativo con cursos sanitarios y médicos para que puedas especializar tu carrera profesional en el sector de la salud. ¡Vamos allá!
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¿Qué beneficios tiene tomar el sol?
Aunque parezca extraño, el sol nos alimenta. Cuando los rayos solares entran en contacto con nuestra piel, provocan que una enzima se transforme, produciendo vitamina D. Esta sustancia resulta esencial para muchos de los procesos biológicos que realiza nuestro cuerpo, ya que nos garantizan un buen estado de salud.
Un 90% de la vitamina D se produce a partir de la exposición al sol (el otro 10% lo hacemos a través de la alimentación). Y curiosamente, en países soleados como España, la población carece de dicha vitamina. Son muchos los españoles que la toman a través de suplementos vitamínicos previamente recetados por un médico de cabecera.
Un adulto necesita entre 400 y 600 UI de vitamina D, por lo que tomar el sol aporta una serie de beneficios. Estos son:
Fortalecer los huesos, previniendo la osteoporosis
El calcio resulta esencial para nuestro esqueleto. Por lo que, además de incorporarlo a través de lácteos u otros alimentos, nuestro cuerpo no será capaz de aprovecharlo si le falta vitamina D.
Controlar la tensión
Tomar el sol baja la tensión. Esto se debe a que la vitamina D reduce los niveles de la hormona paratiroidea, encargada de regular la presión de la sangre.
Activar las defensas
El buen funcionamiento del sistema inmunitario está relacionado con la vitamina D. Los glóbulos blancos se encargan de defender nuestro organismo de las infecciones y necesitan dicha vitamina para funcionar. Así pues, tomar el sol en verano resulta beneficioso de cara al invierno, ya que evitaremos pescar más resfriados.
Regular el biorritmo
Tomar el sol contribuye a la regulación de nuestro reloj biológico, mejorando el sueño y el ánimo, entre otros.
Mejorar algunas dolencias de la piel
Las personas que padecen psoriasis o enfermedades que provocan escamas en la piel, mejoran en verano gracias a los efectos de los rayos ultravioleta. Estos evitan que el sistema inmune ataque a las células sanas de la dermis. En los casos de acné, también se mejora el estado de la piel. Eso sí, no conviene excederse en la exposición porque puede haber un efecto rebote.
Peligros de exponerse al sol sin protección
Como hemos mencionado anteriormente, tomar el sol también tiene efectos perjudiciales para la salud. Si no tomamos precauciones y nos exponemos al sol sin ningún tipo de prevención podemos desarrollar una serie de afecciones. Estas se dividen en:
A corto plazo:
- Quemaduras.
- Fotodermatitis o aumento de la sensibilidad a la luz solar, provocando reacciones alérgicas como urticaria.
- Fotoinmunodepresión, como el herpes labial.
A largo plazo:
- Envejecimiento prematuro de la piel: manchas, arrugas y pérdida de elasticidad.
- Cáncer de piel, como melanomas.
- Lesiones en los ojos, como cataratas.